viernes, 12 de febrero de 2016

40.- EL TRANSANTIAGO

Ya casi estamos a tiro de cañón para que empiece a funcionar el famoso Plan Transantiago, que va a revolucionar la movilización colectiva de nuestra agitada ciudad capital.

He escuchado un montón de comentarios adversos respecto de este asunto y siento a mi gente un poco venida a menos cuando descalifica algo bien planeado y útil para todos.

Yo he viajado el mundo y sé que funciona, pero los chilenos santiaguinos parecen no tenerle ninguna fe al asunto.

Parece que no entienden que el desarrollo exige amoldarse a nuevos métodos y prácticas distintas. Todo no puede seguir funcionando como hace cincuenta años,  o más. Los taxistas no pueden andar todo el día manejando, para ganar apenas lo suficiente para la letra del auto y el sustento de la familia.

Los choferes de las micros no pueden seguir lidiando con los boletos, el semáforo, el otro micrero que lo pasó y le va a quitar los pasajeros, el boleto de la típica señora que no encuentra la plata en la cartera, el carabinero que lo acecha para cursarle una infracción, el semáforo que está por cambiar de nuevo a rojo, el vuelto de la señora que no sabe dónde meterlo porque la cartera se le cerró, el estudiante botado a choro que raya sus garabatos y no le da el asiento a nadie, el delincuente que se subió a robar, el guitarrista que se subió a tocar, el vendedor de dulces, etc.

No es correcto que queramos salir a la hora justa para llegar siempre atrasados. Lo correcto es levantarse un poco antes, viajar a velocidad moderada y llegar a la hora a nuestros destinos.

Ya está bueno de atravesar la calle, en medio de los autos y en mitad de la cuadra.

Estos tremendos buses que parecen acordeón no molestan, están hechos así para prestar un mejor servicio y eso van a hacer, siempre y cuando entendamos que hay que tener monedas para movilizarse y que no debemos exigirle al chofer que corra como loco porque salimos tarde de la cama.

¿Cuesta tanto cooperar para que nuestra ciudad funcione mejor? ¿Qué le cuesta a un peatón mantener unas monedas en el bolsillo para la movilización diaria? ¿Le costará tanto entender que eso contribuye a una mejor vida?

Ya es hora de que nos ordenemos y tomemos nuestras responsabilidades como habitantes de una ciudad, a la que debemos cuidar y no sólo dejarle ese trabajo a las autoridades, que harto tienen que hacer intentando que nos pongamos a la fila y no nos acolchonemos para cualquier trámite.

Me gusta que mi país progrese y me gusta decir MI PAÍS, en medio de tantos que dicen ESTE PAÍS, como si fuera de otros.

Es verdad es que el mundo es ancho y ajeno, pero nuestro país nos pertenece y el Transantiago también.

Cuidemos la idea, cuidemos los buses, cuidémonos nosotros, cuidemos nuestra ciudad, nuestro país, nuestro desarrollo, nuestro futuro.

Mañana nos vamos a sentir orgullosos de vivir en orden, aunque eso nos exija un tiempo de acostumbramiento.

Nada se puede hacer de la noche a la mañana, así que no despotriquemos contra el plan de movilización; es moderno, limpio y eficaz.

Si en todas partes ha dado resultados ¿por qué aquí no?  ¿Somos tan tontos como para que no funcione?