Llegar después
de Víctor Jara y Violeta Parra es un honor que jamás pensé me sería concedido y
la verdad es que ni siquiera imaginé estar allí, entre esos diez finalistas y
menos junto a esos dos referentes indiscutibles del canto chileno.
Tengo claro que,
como las votaciones fueron por Internet, primero, y luego a través de mensajes
de texto de teléfonos celulares, el universo de votantes estuvo compuesto por
gente muy joven.
A ellos,
especialmente, quiero agradecerles el tremendo apoyo que me brindaron y, por
supuesto, también quiero agradecer que hayan optado por Víctor y la Violeta.
Mis respetos a
los otros participantes que quedaron más atrás. Tal vez en algunos años la
historia diga otra cosa de sus carreras y sean ellos los que celebren.
Mi
agradecimiento a todos y cómo no referirme a ese joven actor que hizo una defensa
sólida, documentada y espectacular, de mi participación. (Lo vi haciéndolo con
tanto vigor y apasionamiento que incluso llegué a pensar que, a lo mejor, hasta
es posible que le guste mi canto, más allá de su trabajo profesional en el
programa).
A él, a todos,
mis más sinceros agradecimientos. Mañana, por una ley natural, ya no estaré
cantando pero este recuerdo lo llevaré en mi corazón para siempre.
¡Gracias
muchachos y muchachas! me dejaron como tarea la tremenda responsabilidad de
responder a su confianza y a su cariño pero no se preocupen porque no los voy a
defraudar.