002.- SE ACABÓ EL AÑO
Anduve caminando
por el centro, en la mañana, y la gente corría para todas partes. Alguien me
pasó a llevar y casi me caí pero todavía aguanto (parece) gracias a los años de
artes marciales, de mi juventud (todavía practico Tai Chi). Compré un Libro y
me pregunté ¿por qué esa discriminación con los viejos? ¿Qué les hemos hecho
nosotros como no sea haber trabajado toda una vida para enseñarles a andar y
darles vestuario, educación, casa y comida, a esos mismos que hoy día nos
empujan? Me dio un poco de pena pero me acordé que nunca me cayeron bien los
viejos y siempre consideré que estaban estorbando con sus ideas antiguas y su
lentitud. Ahora vienen las elecciones presidenciales y, seguramente, algún
candidato nos va a prometer un montón de cosas porque, después de todo seremos
viejos pero votamos y en realidad votamos más que los jóvenes. Yo, casi nunca
hago fila para las elecciones porque mi mesa es de viejos y se han ido muriendo
y en cada elección vamos quedando menos, de modo que voy, saludo, voto y me
vengo. ¿Por qué los Bancos no ponen una caja para nosotros? En la mañana me
cansé en una tremenda cola para cobrar un cheque que era casi una broma.
Todavía no uso bastón pero no sería una mala idea porque podría convertirse en
un arma bastante eficaz, cosa que hoy está haciendo mucha falta. Ando medio
bajoneado porque no tengo trabajo (hago cosas independientes) y me puede llegar
a faltar lo necesario (cosa que no me ha ocurrido nunca) de modo que debo
levantar el ánimo y tal vez lo haga apagando la música que escucho porque todos
los artistas esos están muertos. Igual me gusta el folclor chileno y el tango y
escucho a Jorge Yáñez y a Roberto Goyeneche (uno vivo y el otro no). Creo que
la sociedad, al desconocernos, nos entrega sólo lo que merecemos y lo que pasa
es que nosotros creemos que merecemos más. A lo mejor es cierto que estamos
estorbando y deberíamos juntarnos en otro lado. ¿Qué les parece el Canalla? Ahí
va juventud, también, pero el Canalla Mayor es Mayor así que tienen que portarse
bien. ¿Por qué será que me dan pena estas fiestas de fin de año? ¿Será porque
los hijos no me llaman por teléfono, siquiera? ¿Y para qué quiero que me
llamen?