Marco pintó la puerta de
calle y le quedó tan bien que, en la mañana, cuando fui al Banco y regresé me
pareció que estaba entrando a otra casa (¿?). Voy a pintar el departamento por
dentro porque las paredes están muy sucias (por fuera no lo hago porque tendría
que pintar todo el edificio…?). Hoy me levanté un poco loco y puede ser efecto
de los piñones que traje del sur que me están haciendo un efecto extraño. Mis
estudiantes de la mañana de hoy no vinieron de modo que no tengo nada que
hacer, como no sea ocuparme de un incipiente resfrío que Marco-Pintor me pegó
ayer. Le dije al maestro que está arreglando la ensalada que dejó la Mery,
poniendo unas cortinas, y se va a quedar hasta dejar raspado, empastado y
lijado el techo de la obra grande, así el Marco-Pintor sólo se limitará a
pintar. P’tas que soy buena onda…
Eso…