¡Llegó el carpintero! (no a las nueve… a las diez y media) se puso el buzo, traía una tina de pintura (10 litros) y una bolsa con cosas misteriosas, armó la escalera, se subió al entretecho y ahí está raspando y haciendo cosas de las que nadie se va a enterar porque nadie se va a subir al techo del edificio a ver qué hizo y tampoco va a llover para cerciorarnos de que el trabajo quedó bien. Veremos hasta qué hora va a trabajar hoy y si va a quedarse todo el día hasta terminar. Anoto que el trabajo vale una pequeña fortuna de modo que no puede hacerse en un día…
Eso…