Este día lo he
vivido en el limbo. Estuve solo toda la tarde (mi señora salió, con la Evelyn y
la guagua) de modo que dormí una siesta a todo dar, con los teléfonos
descolgados y unas ganas tremendas de dormir. Hoy, fin de semana
largo, en el primer día se mataron 37 personas en accidentes del tránsito. ¿Qué
nos pasa? ¿Estamos convirtiéndonos en ciudadanos de un mundo macabro? ¿No
estamos apegados a nada? ¿Ni a la vida? No me gusta que
pasen estas cosas porque la vida es mejor con una sonrisa y con ganas de
vivir. La gente compra
huevos de chocolate para esconderlos y mañana los niños los tendrán que buscar.
Esa es una tradición que viene de afuera y no sé por qué la adoptamos nosotros.