Anoche estuve con los
viejos jugando a las cartas como cuatro horas. Lo pasamos chancho y me volví
con la misma plata con que había salido. (Eso es fantástico teniendo en cuenta
lo agudos que son esos especímenes cartómanos). Afuera sonaba la música de los
peruanos que van a la Plaza todas las tardes a tocar, a cantar y a bailar.
Todos los que jugamos a las cartas conocemos su país, su música y sabemos que
son tremendos artistas, por lo que los escuchamos con respeto y comentamos lo
que hacen. Me gustan esas manifestaciones en la Plaza de Armas. A la Alcaldesa
parece que no mucho…
Eso...